Invadió suavemente su almohada
y posó la mejilla en la suya,
Tocando su piel de tibia seda,
brillante a la luz de aquella luna.
Despacio, despierta,
mi corazón te llama
y debes abrir la puerta.
Ella soñaba con un jardín de rosas…
reía y bailaba sabiéndose reina.
Sintiéndose dueña de todas las cosas,
atisbos de sonrisas en su dulce boca.
Tranquilo, mi tierno sueño,
siempre estaré contigo,
…hasta el fin de los tiempos.
1 comentario:
Hermosísimo poema, lleno de amor y de luz.
Besos
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